Durante la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno de los Estados Unidos obligó a más de 120,000 ciudadanos japoneses estadounidenses y residentes legales a abandonar sus hogares para vivir en centros de detención. ¿El motivo? Muchos estadounidenses pensaban que las personas de ascendencia japonesa podrían ayudar a Japón en la guerra contra los Estados Unidos.
Uno de estos centros de detención estaba ubicado en un desierto ventoso y polvoriento cerca de Delta, Utah. Se llamaba Topaz.
En pocas palabras
El 7 de diciembre de 1941, Japón bombardeó Pearl Harbor durante un ataque sorpresa cuyo objetivo era destruir la base naval estadounidense del Pacífico y acabar con el prolongado conflicto con el Gobierno estadounidense. Rápidamente, el Gobierno de los Estados Unidos decidió trasladar a todos los japoneses estadounidenses que vivían en California, Oregón, Washington y partes de Arizona hacia centros de detención en el interior. Dentro de estas comunidades se encontraban ancianos y adultos que habían emigrado desde Japón desde la década de 1890, y también sus hijos, quienes eran estadounidenses.
Más de la historia
Las personas que descendían de japoneses habían sufrido el racismo y las leyes discriminatorias de los Estados Unidos durante décadas. El ataque a Pearl Harbor fomentó aún más el miedo y la desconfianza hacia los japoneses. El Gobierno argumentó que, debido a sus vínculos con Japón, podrían convertirse en espías del ejército japonés o colaborar en ataques contra los Estados Unidos.
En el centro de detención de Topaz, había japoneses estadounidenses del área de San Francisco principalmente. El Gobierno obligó a estas familias a abandonar sus negocios, casas y la mayoría de sus pertenencias de manera repentina, incluso antes de que se construyeran los centros. Durante seis meses, vivieron en establos de caballos en el hipódromo de Tanforan, California. En septiembre de 1942, se habilitó Topaz y el Gobierno federal trasladó a los reclusos desde Tanforan hacia Utah en tren. Cuando se cerró el centro de detención en 1945, más de 11,000 personas habían vivido allí vigiladas por guardias armados.
Muchas dificultades
Cuando los detenidos llegaron, se encontraron con un paisaje seco y ventoso. Topaz era un lugar caluroso y polvoriento en verano, y muy frío durante el invierno. El polvo y la nieve se filtraban por las grietas de las paredes de los cuarteles y ensuciaban todo el lugar. Las familias vivían hacinadas en pequeñas habitaciones dentro de cuarteles fabricados con madera y papel de alquitrán. Mantenían el calor con estufas de carbón. Además, tenían que compartir baños y duchas comunitarias, y hacer largas filas para comer. Muchos sufrían de desnutrición y otras enfermedades debido a las malas condiciones de vida.
En este centro de detención, había dos escuelas primarias, una escuela secundaria y un hospital. Los adultos podían trabajar por salarios mínimos dentro del centro de detención, en las escuelas o en el hospital. Otros trabajaban en granjas cercanas o en Delta. Muchas personas construyeron jardines y crearon obras de arte para darle alegría a este lugar inhóspito. También había un grupo de Niños Exploradores y se practicaban deportes juveniles. La comunidad celebraba las festividades japonesas y las estadounidenses, como el Día de la Independencia.
Vigilados por guardias armados
Topaz estaba rodeado de cercos de alambre de púas y los prisioneros eran vigilados por guardias militares armados, quienes los custodiaban desde torres de vigilancia situadas alrededor del perímetro. Se necesitaba un permiso para entrar y salir del centro de detención. El 11 de abril de 1943, un guardia disparó y asesinó a James Wakasa, de 63 años, mientras paseaba a su perro dentro del perímetro del centro.
Los japoneses estadounidenses luchan en la guerra mientras sus familias están encarceladas
Cuando la guerra se intensificó, el presidente Franklin D. Roosevelt creó una unidad militar de japoneses estadounidenses para que lucharan en Europa. Más de 100 jóvenes de Topaz se ofrecieron como voluntarios, y sus familias se vieron obligadas a permanecer en los centros de detención. Para muchas familias, servir en la guerra era una forma de demostrar su lealtad hacia los Estados Unidos, a pesar de las injusticias que debían soportar.
El lema del Equipo de Combate del Regimiento 442 era “A todo o nada”. Esta unidad combatió en peligrosas batallas en Europa y sus miembros recibieron muchas medallas por su heroísmo. Muchos soldados estadounidenses de ascendencia japonesa murieron luchando por su país, los Estados Unidos.
Abandono de Topaz
En 1943, el Gobierno comenzó a sugerirles a los detenidos que tenían amistades o familiares en los estados del interior que abandonaran los centros de detención para ir a vivir con sus seres queridos. Tras abandonar los centros, tuvieron que encontrar casa y trabajo en lugares nuevos y desconocidos. Topaz cerró en octubre de 1945 cuando terminó la Segunda Guerra Mundial.
En 1988, el presidente Reagan pidió disculpas formalmente a los japoneses estadounidenses encarcelados durante la Segunda Guerra Mundial, y el Congreso otorgó dinero a los supervivientes para compensar las pérdidas que habían sufrido.
Recursos didácticos
Museo de Topaz, Delta
Fuentes primarias consultadas: Reclusión de japoneses en Topaz