Comunidades japonesas estadounidenses

La comunidad japonesa estadounidense ha vivido en Utah desde fines del siglo XIX. Su identidad cultural contribuyó al panorama laboral, religioso y político de Utah.

Diferentes factores de expulsión y atracción provocaron la llegada de inmigrantes japoneses a Utah. Entre los factores de expulsión, se encontraban el desempleo, el escaso desarrollo económico y las malas condiciones de vida en Japón. La industrialización de los Estados Unidos, un proceso en el que se comenzaron a utilizar máquinas para trabajos que antes solían hacer las personas, fue un factor de atracción que causó la llegada de inmigrantes japoneses al oeste de los Estados Unidos, quienes se establecieron en ciudades y zonas agrícolas.

A los inmigrantes que llegaron a Utah desde Japón se los denominaba “Issei”, o primera generación. Quienes nacieron en los Estados Unidos de padres japoneses eran conocidos como “Nisei”, o segunda generación. Los Issei y los Nisei formaron una comunidad en Utah trabajando, cumpliendo sus obligaciones como ciudadanos y practicando su religión.

Asentamientos

Los inmigrantes japoneses comenzaron a establecerse en Utah a partir de la década de 1880. Vivían en ciudades como Salt Lake City, Castle Gate, Ogden y Delta.

Trabajo

Sala del periódico Utah Nippo, fotografía tomada en 1917

Los inmigrantes japoneses trabajaban para compañías ferroviarias en la construcción de vías y también tenían otros trabajos. Algunos trabajaban para las compañías mineras, como agricultores o comerciantes. Muchos vivían y trabajaban en la misma calle debido a las leyes o por los malos tratos que recibían de otros ciudadanos que no querían vivir o trabajar junto a personas de otros países o de ciertas etnias. En Salt Lake City, vivían inmigrantes japoneses, quienes abrieron negocios en el barrio japonés de la ciudad. En el barrio japonés había tiendas de fideos, mercados de pescado, tiendas de comestibles, restaurantes y apartamentos. Aunque muchas empresas no trataban bien a los hombres japoneses, las mujeres japonesas recibían un trato incluso peor. Para ellas, era difícil encontrar trabajo y generalmente se ignoraban sus necesidades.

Muchos integrantes de la comunidad japonesa de los Estados Unidos se organizaban y asistían a diferentes iglesias. Algunos practicaban el cristianismo y otros el budismo. Por esa razón, algunos iban al templo budista de Salt Lake City. Otros asistían a la Iglesia de Cristo japonesa. También había quienes pertenecían a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Una mujer japonesa estadounidense y sus hijos tras llegar a Topaz, 1942

Discriminación

Al igual que en otras zonas de los Estados Unidos, la comunidad japonesa sufría discriminación en Utah. Después de 1924, el gobierno federal de los Estados Unidos prohibió el ingreso de inmigrantes japoneses al país. En 1941, el gobierno de Japón atacó una base naval estadounidense en Pearl Harbor, Hawái. Muchos estadounidenses culpaban a los inmigrantes o descendientes de japoneses por el bombardeo, o les tenían miedo, aunque no hubiera sido su culpa. El gobierno federal decidió obligar a todos los estadounidenses con ascendencia japonesa a vivir en centros de detención o campos de concentración. Durante la Segunda Guerra Mundial, más de 11,000 estadounidenses de origen japonés fueron trasladados al campo de reubicación de Topaz, cerca de Delta, Utah. Aunque Topaz era un lugar muy seco y arenoso, los prisioneros lograron cultivar las tierras. También publicaron un periódico y pudieron enviar a sus hijos a la escuela. Incluso después de abandonar Topaz, debieron soportar una gran discriminación, ya que sufrían acoso y algunos habitantes de Utah les negaban la posibilidad de conseguir trabajo. Como respuesta, la comunidad japonesa se ayudaba mutuamente. Colaboraban para conseguir un mejor trato y poder acceder a servicios.

Creación de comunidades

Edificio del centro social budista Bing Kung Tong, Salt Lake City, Utah

Después de la Segunda Guerra Mundial, los integrantes de la comunidad japonesa comenzaron a comprar tierras en Utah. Otros estudiaron medicina, odontología, abogacía, trabajo social, arquitectura o se dedicaron a la docencia. Hubo quienes se abocaron a la política. Fundaron periódicos como el Rocky Mountain Times y el Utah Nippo para compartir noticias e información con miembros de su comunidad y con todos los que se suscribieran. Iban a la iglesia, incluida la Iglesia Budista de Salt Lake, que contaba con organizaciones de mujeres. También tenían fraternidades y organizaciones benéficas para ayudarse mutuamente. Muchos trabajaban en conjunto para desarrollar comunidades de apoyo y culto.

Actualidad

En la actualidad, en Utah viven japoneses estadounidenses de tercera y cuarta generación, conocidos como “Sansei” y “Yonsei”. Muchos participan en festivales comunitarios que se organizan a lo largo del año. A pesar de las dificultades que atravesaron al vivir y trabajar en Utah, lograron construir comunidades fuertes abriendo negocios, preservando su cultura y participando de la vida social, cultural y política de Utah.

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