Los afroestadounidenses han vivido en Utah desde principios del siglo XIX. James P. Beckwourth y Jacob Dobson fueron los primeros afroestadounidenses en pisar las tierras de Utah. Llegaron al norte de Utah durante la década de 1820 en búsqueda de pieles para comerciar.
La comunidad afroestadounidense continuó explorando y poblando estas tierras a lo largo del siglo XIX y hasta el siglo XXI. Algunos llegaron esclavizados, otros buscaban empleo o una comunidad religiosa, pero todos contribuyeron a la transformación del panorama político, social, cultural y económico de Utah.
Factores de expulsión y atracción
Durante el siglo XIX, existieron diversos factores de expulsión y atracción que causaron la migración de comunidades afroestadounidenses hacia Utah. Por ejemplo, la población animal de Utah proporcionaba pieles a los comerciantes. Algunos afroestadounidenses llegaron como esclavos de miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Estos esclavos afroestadounidenses migraron hacia Utah porque no tenían otra opción. Los empleos en las minas y los ferrocarriles también atrajeron a otras personas. La violencia y la discriminación que caracterizaban a otras zonas de los Estados Unidos también impulsaron el asentamiento de personas afroestadounidenses en Utah y el Oeste. Desde los inicios del siglo XIX, la comunidad afroestadounidense ha formado parte de la vida cultural, política y religiosa de Utah.
Asentamientos
Las primeras comunidades afroestadounidenses que se establecieron de forma permanente en Utah llegaron en 1847. Entre ellos estaban Green Flake, Oscar Crosby, Hark Lay, quienes fueron esclavizados por miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. En el territorio de Utah, la esclavitud fue legal durante casi 20 años y, antes de la Guerra Civil, en Utah vivían alrededor de 800 personas afroestadounidenses esclavizadas. La esclavitud terminó en 1865 cuando el Congreso aprobó la Decimotercera Enmienda. A pesar de que ya no estaban esclavizados, los afroestadounidenses no recibían el mismo trato que otros ciudadanos. Tuvieron que continuar luchando por sus derechos de ciudadanía.
Trabajo
Las personas afroestadounidenses trabajaban para dueños de fábricas, minas y ferrocarriles. Algunos eran propietarios de granjas. La zona de Mill Creek, situada en el valle de Salt Lake, se convirtió en un lugar de encuentro para los primeros agricultores afroestadounidenses. Además, la comunidad afroestadounidense se dedicaba al trabajo en ferrocarriles, hoteles y restaurantes, y de servicio doméstico en casas particulares. Otros dirigían periódicos, trabajaban como abogados, abrían hoteles, escribían novelas y obras de teatro, o eran policías. Algunos sirvieron en el ejército en Fort Douglas y Fort Duchesne. Evidentemente, las personas afroestadounidenses aportaron a la economía de Utah de muchas maneras.
Creación de una comunidad
La comunidad afroestadounidense de Utah se construyó a través de clubs y organizaciones. Estas personas se unían a clubs literarios, fraternidades, y tenían un centro comunitario. Algunos de los grupos de mujeres negras eran Ladies Civic and Study Club, Camelia Arts and Crafts Club y Nimble Thimble Club. Allí, se reunían para coser y trabajar en otros proyectos artísticos. La comunidad afroestadounidenses de Utah celebraba todos los años el Día de la Emancipación, también conocido como “Juneteenth”, para conmemorar el fin de la esclavitud.
Lucha contra la discriminación
Las personas afroestadounidenses también sufrieron discriminación en Utah. Tras la Guerra Civil, algunos euroestadounidenses no permitían que los afroestadounidenses ingresaran a los mismos lugares públicos que las personas blancas. Por ejemplo, las piscinas estaban segregadas, por lo que los afroestadounidenses no podían nadar en las mismas piscinas que las personas blancas. Podían ir al cine, pero debían sentarse en los palcos y no en los asientos delanteros de la sala, donde se sentaban las personas blancas. Hasta 1978, los afroestadounidenses que pertenecían a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días tampoco podían ir al templo ni ingresar al sacerdocio.
Mediante el trabajo conjunto, los afroestadounidenses lograron sobrellevar los malos tratos que sufrían de otros ciudadanos. Fundaron filiales de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP) en Salt Lake City y Ogden. Muchas mujeres afroestadounidenses también se unieron a las filiales de la NAACP en Utah. Gracias al libro The Negro Motorist Green Book, algunos afroestadounidenses descubrieron en qué lugares podían estar.
Este libro era una guía que indicaba a los turistas y viajeros afroestadounidenses dónde podían alojarse, comprar y comer con seguridad. Durante la década de 1940, Robert Freed y Ranch Kimball incorporaron el parque de atracciones “Lagoon” al conjunto de espacios seguros para que los integrantes de la comunidad afroestadounidense pudieran ingresar. Aunque muchas personas en los Estados Unidos no eran amables con ellos, la comunidad afroestadounidense aprovechó su derecho a viajar y trabajó en conjunto para encontrar lugares seguros.
Actualidad
En la actualidad, la comunidad afroestadounidense continúa considerando a Utah su hogar. La Cámara de Comercio Afroestadounidense de Utah crea redes y brinda recursos a las empresas lideradas por personas afroestadounidenses. Al igual que en el pasado, la comunidad afroestadounidense continúa transformando la vida política, social, religiosa y cultural de Utah.
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