Durante la década de 1950, el Gobierno estadounidense realizó pruebas con bombas atómicas en el sur de Nevada. Eligieron esta zona por la poca cantidad de habitantes, ya que solo miles de personas, no millones, se verían afectadas por la radiación.
En pocas palabras
La lluvia radiactiva causada por las pruebas nucleares se esparció por el sur de Utah. Esto causó la muerte del ganado y, con el tiempo, los habitantes se enfermaron o murieron por la exposición a la radiación.
Más de la historia
Tras la Segunda Guerra Mundial, el ejército estadounidense quería seguir desarrollando nuevas armas. Específicamente, quería mejorar la bomba atómica. Por eso, buscó un lugar para poner a prueba estas armas. La zona ideal debía ser una llanura poco poblada y con buenas condiciones climáticas, es decir, un lugar donde el viento alejara los escombros, o lluvia radiactiva, de las grandes concentraciones de personas.
El Gobierno encontró el lugar ideal al sur del desierto de Nevada, cerca de donde se entrenaban las tripulaciones para las misiones de bombardeo del Enola Gay.
¿Ciudadanos estadounidenses o conejillos de Indias?
La primera bomba explotó sobre el desierto de Nevada el 27 de enero de 1951. La lluvia radiactiva llegó al suroeste de Utah. La comisión que supervisaba las pruebas, la Comisión de Energía Atómica, les aseguró a los habitantes del sur de Nevada y Utah que las pruebas eran seguras, y los residentes lo creyeron. Incluso cuando el ganado comenzó a morir, muchos de los habitantes no dudaron de lo que el Gobierno les decía.
Lamentablemente, la Comisión de Energía Atómica mintió intencionalmente. Sus propios científicos sabían que la lluvia radiactiva podía matar o dañar tanto a los animales como a las personas, pero la Comisión no hizo nada para advertir a los residentes ni detener las pruebas.
Ovejas muertas o con malformaciones
En 1953, las ovejas del condado de Iron mostraban claros síntomas de envenenamiento por radiación. Los animales tenían quemaduras en la cara por comer césped radiactivo. Las tasas de natalidad disminuyeron, ya que cada vez más animales sufrían problemas durante la gestación. Muchas de las crías nacían enfermas o con malformaciones y no lograban vivir mucho tiempo tras su nacimiento.
La Comisión investigó las muertes y malformaciones del ganado, pero falsificó los informes para que nadie supiera que el condado de Iron estaba siendo envenenado lentamente por la lluvia radiactiva. Recién en 1979, tras una investigación del Congreso que reveló el enorme fraude de la Comisión, se comenzó a conocer la verdad. Sin embargo, ya era demasiado tarde para las familias que vivían en la zona.
Muchas personas afirman que tantos casos de leucemia, infertilidad y malformaciones congénitas dentro de estas comunidades no son una coincidencia. Los afectados por la lluvia radiactiva de las pruebas nucleares se llaman a sí mismos “Downwinders”, porque el viento arrastraba la radiación desde la zona de las pruebas hacia sus comunidades.
En busca de justicia
Muchas personas demandaron al Gobierno y, aunque los tribunales no quisieron confirmar que las pruebas causaron cáncer y otras afecciones, en 1990, el Congreso aprobó un proyecto de ley de compensación en el que se disculpaba y otorgaba dinero para ayudar a los supervivientes con sus enfermedades y otros problemas que pudieran haber sido causados por las pruebas de Nevada.
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